LA TEORÍA DE LA BRECHA: Una Refutación


Apologetics Press :: Creación vs. Evolución

por Bert Thompson, Ph.D.

INTRODUCCIÓN

Durante el siglo y medio pasado, ha existido considerable controversia en cuanto al tema de la edad de la Tierra. Aquellos que aceptan una lectura literal y sincera de la Biblia sostienen que la información contenida dentro del Volumen Sagrado habla claramente de una Tierra con una edad que puede ser medida en miles, no billones, de años. Otros—quienes han colocado su confianza en varios métodos de datación empleados por los científicos evolucionistas—sostienen que la Tierra es bastante antigua, con su edad actual estimada en 4.6 billones de años.

En una etapa temprana de esta controversia, llegó a ser claro a aquellos creyentes en la Biblia que deseaban aceptar el concepto de una Tierra antigua que de algún modo eones vastos de tiempo tendrían que ser insertados en el relato de la creación de Génesis 1. Solamente existían tres opciones concernientes a dónde tal tiempo podría ser insertado: (1) antes de la semana de la creación; (2) durante la semana de la creación; o (3) después de la semana de la creación. Pocos sugirieron que el tiempo necesario para una Tierra antigua podía ser colocado después de la semana de la creación, ya que las genealogías tenían el texto muy bien protegido. Algunos intentaron colocar el tiempo durante la semana de la creación al sugerir que los días de la creación deberían ser vistos, no como periodos regulares de 24 horas, sino como “edades” de millones o billones de años—un concepto que vino a ser conocido como la Teoría del Día-Edad [NOTA: Para una refutación de la Teoría del Día-Edad, vea Thompson, 2000, pp. 181-216]. No obstante, otros reconocieron la imposibilidad de defender la Teoría del Día-Edad desde un punto estrictamente escritural, y sugirieron en cambio que el tiempo necesario para una Tierra antigua debería ser colocado antes de la semana de la creación—un concepto que vino a ser conocido como la Teoría de la Brecha.

¿QUÉ ES LA TEORÍA DE LA BRECHA?

La Teoría de la Brecha, la cual fue primero propuesta en 1814 por Thomas Chalmers de la Universidad de Edinburgh en Escocia, es algo difícil de definir porque sus varios defensores la han cambiado y modificado constantemente a través de los años. De hecho, sus partidarios raramente están de acuerdo entre ellos en definiciones estrictas e interpretaciones. Sin embargo, yo intentaré resumir la teoría tan exactamente como sea posible, manteniendo las ideas de sus proponentes.

La Teoría de la Brecha sugiere que la creación primitiva de Dios de un mundo perfecto—como registrada en Génesis 1—tomó lugar billones de años atrás. Esta creación es representada por las palabras de Génesis 1:1—“En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Luego la teoría declara que entre Génesis 1:1 y 1:2 intervino una “brecha” inmensa de tiempo, y que durante esta brecha allí vivieron generaciones sucesivas de plantas, animales e incluso hombres pre-adámicos [algunos puntos de vista—e.g.: la “Teoría Modificada de la Brecha”—omite a los hombres]. Luego esta “creación perfecta” fue hecha imperfecta a través del pecado de Satanás. Satanás se rebeló, y Dios lo expulsó del cielo y con él, a sus seguidores [algunos puntos de vista omiten la rebelión satánica], tiempo en el cual Satanás comenzó una prolongada batalla en contra de Dios. A esta batalla le siguió un cataclismo, resultando en la destrucción de la creación original y dejando a la Tierra en el estado de oscuridad y destrucción (lo “desordenado y vacío” de Génesis 1:2). Por tanto, en Génesis 1:3 et.seq., los “días de la creación” son realmente una “re-creación” de la Tierra y de todos sus habitantes en un periodo de seis días de 24 horas. Entonces, se alega que Génesis 1 contiene la historia de una creación original, un juicio y destrucción, y una re-creación final [NOTA: la Teoría de la Brecha circula con diferentes sinónimos, incluyendo: (1) la Teoría de la Destrucción y Re-Creación; (2) la Teoría del Cataclismo Pre-Adámico; y (3) la Teoría de la Destrucción y Restitución].

En 1976, el erudito en hebreo Weston W. Fields escribió el libro, Unformed and Unfilled (No-Formado y No-Lleno), el cual muchos consideran la refutación más contundente de la Teoría de la Brecha alguna vez publicada. En el “Prologo” que él escribió para ese volumen, John C. Whitcomb hizo la siguiente observación:

Debido a que la Teoría de la Brecha difiere profundamente de la interpretación tradicional judío/cristiano del relato de la creación, es de importancia extrema que los cristianos creyentes en la Biblia examinen su fundamento escritural. ¿Realmente llegó la Tierra a ser un caos en ruinas en algún tiempo después de su creación original? ¿Fueron los dinosaurios y otras criaturas muertos y fosilizados en este tiempo, tanto que Adán y Eva se encontrarían caminando, realmente, sobre un cementerio de animales extintos? ¿Había Satanás ya llegado a ser “el dios de este mundo” antes que a Adán y a Eva les fuera dado su “dominio”? ¿Fueron los animales vivientes actualmente, los cuales pueden ser también identificados en las formaciones fósiles, re-creados durante los días descritos en el resto de Génesis 1? ¿Fue la supuesta catástrofe de Génesis 1:2 incluso más devastadora y, por ende, más significante geológicamente, que el Diluvio del tiempo de Noé? Éstas y otras preguntas similares claman por respuestas bíblicas sólidas (vea Fields, 1976, p. ix).

Yo estoy de acuerdo con el Dr. Whitcomb de que estos temas efectivamente sí “claman por respuestas bíblicas sólidas”. Es mi intención aquí presentar precisamente tales respuestas que refutan la Teoría de la Brecha.

¿POR QUÉ LA NECESIDAD DE UNA “TEORÍA DE LA BRECHA”?

La pregunta está forzada a surgir, “¿Por qué existe la necesidad de una Teoría de la Brecha?”. En su libro, TheGenesis Record (El Registro del Génesis), Henry Morris proveyó una buena respuesta.

El propósito principal de la teoría de la brecha ha sido el tratar de armonizar la cronología bíblica con el sistema aceptado de eras geológicas que estaba llegando a ser prominente en los días de Chalmers. Muchos fundamentalistas han sentido que ellos podían ignorar el sistema problemático completo de las eras geológicas evolutivas al simplemente encasillarlas en esta “brecha” y “dejar que los geólogos tengan todos los eones que quieran” (1976, p. 46).

Richard Niessen evaluó claramente el asunto cuando escribió:

La Teoría de la Brecha atrae a cristianos creyentes en la Biblia por dos razones. Primero, es una manera de lidiar con los problemas principales asociados con el panorama evolutivo—la supuesta antigüedad de la tierra, la columna geológica, los fósiles, los dinosaurios, los cavernícolas, etc. Las reclamaciones y problemas incontestables de la “ciencia” son meramente arrastrados a la “brecha” entre Génesis 1:1-3 o son relegados a la pre-creación de la tierra… Segundo, tiene apariencia de estudio bíblico profundo y meticuloso cuando es descubierto por primera vez que billones de años estaban ingeniosamente escondidos entre dos versos de la Escritura y que este hecho remarcable es ahora revelado para que todos lo usen (1982, pp. 1-2).

En su texto, Unformed and Unfilled (No-Formado y No-Lleno), Fields trató las razones del por qué tantos hoy en día aceptan voluntariamente la Teoría de la Brecha.

Algunos han abandonado intencionalmente las claras implicaciones de la Escritura de que la tierra y todo sobre ella, el universo y todo en éste…fue creado ex nihilo (de nada) solo unos pocos miles de años atrás. Otros, con deseo inconsciente, o tal vez consciente, desean ganar respetabilidad con aquellos en los campos de la ciencia quienes descartan completamente a la Biblia como no-científica, por tanto, con poco o ningún interés, han comprometido involuntariamente las verdades de la Escritura al buscar lo que parece ser interpretaciones innaturales de la Escritura, para formar armonizaciones supuestas entre los hechos de la Biblia y lo que se siente que son los hechos de la ciencia, muchos de los cuales son solamente teorías. La Teoría de la Brecha es tal armonización intentada… La Teoría de la Brecha no fue generada por consideraciones exegéticas convincentes. Al contrario, surgió en tiempos recientes, y su popularidad ha sido mantenida por una y una sola razón—la obsesión con las armonizaciones de mentes intimidadas por la ciencia, una práctica no solamente inútil si todas las declaraciones de la ciencia son aceptadas sin crítica, sino también algo sumamente peligroso… ¿No es el método más sabio el interpretar la Biblia naturalmente, literalmente, y sanamente, antes de siempre investigar cómo puede o no coincidir con las proposiciones presentes de la ciencia? (1976, pp. 5,45-46, énfasis en original).

¿ES LA TEORÍA DE LA BRECHA POPULAR?

Después de la elaboración de la Teoría de la Brecha por Chalmers en 1814, ésta fue popularizada por numerosos escritores durante los próximos 100+ años, sobresaliendo de entre ellos hombres tales como George H. Pember, en su libro, Earth’s Earliest AgesEras Más Tempranas de la TierraModern Sciencie and the Genesis RecordLa Ciencia Moderna y el Registro del GénesisBiblia de Referencia de Scofield (1917) popularizó adicionalmente la Teoría de la Brecha al mencionarla en las notas al pie de página que acompaña Génesis 1 [NOTA: En ediciones posteriores, las referencias a la teoría pueden ser encontradas como una nota al pie de página de Isaías 45]. En su obra clásica, The Scheme of Redemption (El Sistema de Redención), Robert Milligan defendió la Teoría de la Brecha (reimpresión de 1972, pp. 23 et.seq.), como lo hizo George Klingman en su volumen, GodIsDios es (1929, p. 128). (1876), y Harry Rimmer, en su libro, (1937). La primera edición de la

Mientras que el tiempo pasaba, otros aceptaron y divulgaron la Teoría de la Brecha (o modificaciones de esta). Por ejemplo, Arthur C. Custance defendió la Teoría de la Brecha en su libro, Without Form and VoidDesordenada y Vacía (1970), y presentó lo que muchos sienten que es la defensa impresa más hábil de la Teoría de la Brecha. En su texto, Evolution and Antiquity (Evolución y Antigüedad), J.D. Thomas declaró: “Pero nosotros señalamos que ningún hombre puede probar que eso no sea verdadero, a lo menos en parte” (1961, p. 54). Donald England, de la Universidad de Harding, declaró en una serie de conferencias presentadas en Memphis, Tennessee en marzo de 1982 que sería difícil para alguien desaprobar la Teoría de la Brecha usando la Biblia. John N. Clayton de South Bend, Indiana, ha ofrecido un giro extraño con su “Teoría Modificada de la Brecha” (1976, pp. 137-138). En efecto, la Teoría de la Brecha ha llegado a ser cada vez más popular.

LA TEORÍA DE LA BRECHA: UNA REFUTACIÓN

Aquellos que defienden la Teoría de la Brecha lo hacen basados sobre el número de argumentos. Primero, ellos creen que las dos palabras hebreas usadas en Génesis 1 para hablar de la creación deben significar cosas completamente diferentes. Ellos sugieren que la palabra hebrea bara (usada en Génesis 1:1,21,27) significa “crear”, mientras que la palabra asah significa “re-crear” o “transformar”. Por tanto, la creación original fue “creada”, mientras que la creación de los seis días fue “hecha” (i.e.: re-creada después de una destrucción inicial).

Segundo, los teorizantes de la Brecha creen que la palabra “estaba” en Génesis 1:2 (hebreo, hayetha) debería ser traducida “llegó a estar”. Esta traducción es necesaria para sugerir un cambio de estado de la creación original perfecta a la condición caótica supuestamente implicada en el versículo 2.

Tercero, los teorizantes de la Brecha creen que “desordenada y vacía” (hebreo, tohu wabohu) puede referirse solamente a algo una vez en un estado de reparación, aunque ahora arruinado. Los teorizantes de la Brecha enseñan que un cataclismo terrible ocurrió sobre la Tierra como un resultado directo de la guerra de Satanás con Dios.

Cuarto, los teorizantes de la Brecha defienden la creencia de que hubo una creación pre-adámica de formas humanas tanto como no-humanas, y que estas formas fueron destruidas como resultado de la rebelión satánica.

Sin embargo, cada uno de estos argumentos es falso. La Teoría de la Brecha (y las modificaciones de ésta) deberían ser rechazadas por las siguientes razones.

(1) Éxodo 20:11 (cf. Éxodo 31:17) claramente declara: “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”. Note todo lo que este enunciado incluye. Si todo fue hecho en seis días, entonces nada fue creado antes de esos seis días. La Biblia es siempre su mismo mejor intérprete. Este sencillo versículo derriba la Teoría de la Brecha y todas las modificaciones de ésta [vea el examen posterior de bara y asah].

(2) Adán fue llamado por Pablo el “primer hombre” (1 Corintios 15:45). Eso excluye cualquier raza pre-adámica de hombres. Adán fue el primero.

(3) Al final del día sexto, Dios vio todo lo que había hecho, y contempló que era “bueno en gran manera” (Génesis 1:31). Si la creación original de Jehová había llegado a contaminarse por la rebelión de Satanás, y por ende posteriormente fue destruida—y la nueva creación descansaba sobre cementerios reales de corrupción—es difícil ver ciertamente cómo Dios pudo haber contemplado la situación y luego usado la expresión “bueno en gran manera” para describirla.

(4) Los teorizantes de la Brecha claman que la palabra hebrea para “estaba” (hayetha) debería ser traducida “llegó a estar”, indicando un cambio de la creación perfecta original a una condición caótica (v. 2). Sin embargo, ninguna de las traducciones eruditas de la Biblia traduce el versículo de esta manera, y por buena razón. Algunos años atrás, a 20 eruditos en hebreo se les preguntó si existía evidencia exegética de una “brecha” entre Génesis 1:1 y 1:2. Ellos unánimemente respondieron, “No” (vea Henkel, 1950, p. 49, n. 30). El erudito en hebreo J.W. Watts ha declarado: “En Génesis 1:2a el verbo es perfecto. Esto indica un estado arreglado y completo. En otras palabras, la materia original estaba en un estado de caos cuando fue creado; ésta llegó a existencia en esa manera” (1947, 1:16).

(5) Los teorizantes de la Brecha aseveran que la frase “desordenada y vacía” de Génesis 1:2 (hebreo, tohu wabohu) puede referirse solamente a algo en otro tiempo en un estado de reparación aunque ahora arruinado. Whitcomb ha demostrado que éste no es el caso.

No obstante, muchos estudiantes de la Biblia están desconcertados con el enunciado en Génesis 1:2 de que la Tierra estaba desordenada y vacía. ¿Crea Dios cosas que son desordenadas y vacías? Desde luego, la respuesta depende en lo que aquellas palabras significan. “Desordenada y vacía” traduce la expresión hebrea tohu wabohu, que literalmente significa “vacía y sin forma”. En otras palabras, la Tierra no era caótica, ni estaba bajo una maldición de juicio. Ésta simplemente estaba vacía de cosas vivientes y sin las características que más luego poseyó, tales como océanos y continentes, montañas y valles—características que serían esenciales para el bienestar del hombre. En otras palabras, no era un hogar apropiado para el hombre… (1973, 2:69-70).

(6) Para que la Teoría de la Brecha pueda ser considerada como verdadera, debe haber siempre una distinción entre las dos palabras hebreas, bara (crear) y asah (hacer o re-crear). Sin embargo, esta distinción absoluta entre bara y asah no puede ser sostenida porque son usadas intercambiablemente. Considere, por ejemplo, lo siguiente:

a. Génesis 1:26 declara que Dios “hizo” (asah) al hombre; Génesis 1:27 declara que Dios “creó” (bara) al hombre. Los dos son sinónimos; no existe distinción.

b. Génesis 1:1 y 2:4 declaran que Dios “creó” (bara) los cielos y la Tierra, mientras que Éxodo 20:11 declara que en seis días Dios “hizo” (asah) los cielos y la Tierra. Además, en Génesis 2:4 Moisés usó las dos palabras en un paralelismo—“cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos”. Whitcomb ha observado:

Estos ejemplos deberían ser suficientes para demostrar los disparates a los cuales somos conducidos al hacer una distinción que Dios nunca intentó hacer. Por el bien de la variedad y la amplitud de la expresión (una característica básica y extremadamente útil de la literatura hebrea), son usados diferentes verbos para comunicar el concepto de la creación sobrenatural. Es particularmente claro que cualquier que sea el tono de significado que el verbo algo flexible hizoasah) pueda llevar en otros contextos del Antiguo Testamento, en el contexto de Génesis 1 permanece como un sinónimo de creado (bara) [1972, p. 129, énfasis en original]. (

c. Génesis 1:21 declara que Dios “creó” (bara) grandes monstruos marinos, mientras que el versículo 25 declara que Él “hizo” (asah) los animales de la Tierra.

(7) Nosotros sabemos que la Teoría de la Brecha es falsa porque requiere muerte y destrucción en el mundo (debido al pecado) antes de Adán. Esto está en directa contradicción con la enseñanza del Nuevo Testamento (1 Corintios 15:21; Romanos 8:20-22; Romanos 5:12) que declara que el pecado y la muerte entraron en la raza humana y en la Tierra a través del pecado de Adán.

CONCLUSIÓN

Si el espacio lo permitiera, existen muchos otros puntos que pudieran ser hechos concernientes a la naturaleza errónea de la Teoría de la Brecha. Por ejemplo, la exégesis hebrea implicada es incapaz de ser defendida. Adicionalmente, las genealogías bíblicas impiden tales cantidades inmensas de tiempo que son insertadas en el texto en tal manera. Y Jesús mismo declaró que el hombre ha estado en la Tierra “desde el principio de la creación” (cf. Mateo 19:4 y Marcos 10:6).

Éxodo 20:11 permanece como el comentario divinamente inspirado sobre lo que Dios hizo y cómo lo hizo. El deseo de aceptar los cálculos uniformistas de la edad de la Tierra no debería causar que renunciemos al testimonio inspirado para acomodar el falso pensamiento de los evolucionistas y de los que simpatizan con ellos.

REFERENCIAS:

Clayton, John N. (1976), The Source (South Bend, IN: Privately published by author).

Custance, Arthur C. (1970), Without Form and Void (Brockville, Canada: Doorway Papers).

Fields, Weston W. (1976), Unformed and Unfilled (Phillipsburg, NJ: Presbyterian and Reformed).

Henkel, M. (1950), “Fundamental Christianity and Evolution,” Science and Christian Faith, ed. F. Alton Everest (Wheaton, IL: Van Kampen Press).

Klingman, George (1929), God Is (Cincinnati, OH: F.L. Rowe).

Milligan, Robert (1972 reprint), The Scheme of Redemption (Nashville, TN: Gospel Advocate).

Morris, Henry M. (1976), The Genesis Record (Grand Rapids, MI: Baker).

Niessen, Richard (1982), Bible-Science Newsletter, September.

Pember, George H. (1876), Earth’s Earliest Ages (New York: Revell).

Rimmer, Harry (1937), Modern Science and the Genesis Record (Grand Rapids, MI: Eerdmans).

Scofield, Cyrus I., ed. (1917), Scofield Reference Bible (New York: Oxford University Press).

Thomas, J.D. (1961), Evolution and Antiquity (Abilene, TX: Biblical Research Press).

Thompson, Bert (2000), Creation Compromises (Montgomery, AL: Apologetics Press), second edition.

Watts, J.W. (1947), A Survey of Old Testament Teaching (Nashville, TN: Broadman).

Whitcomb, John C. (1972), The Early Earth (Grand Rapids, MI: Baker).

Whitcomb, John C., (1973), “The Gap Theory,” And God Created, ed. Kelly L. Segraves (San Diego, CA: Creation-Science Research Center), 2:61-65.